Estudio concluyó que Delegaciones Municipales son herramientas claves de participación que acercan quehacer municipal a la ciudadanía

Con la presencia de cerca de treinta delegados municipales de diversas comunas del país se desarrolló, los días 20 y 21 de julio, en dependencias de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE), una jornada de trabajo que tuvo por objetivo presentar el estudio “Delegaciones municipales como figuras de administración y fortalecimiento de los territorios subnacionales”.

La actividad contó con la presencia de la jefa de la División de Políticas y Estudios de la SUBDERE, Viviana Betancourt; por el subsecretario ejecutivo de la Asociación Chilena de Municipalidades, Marcelo Segura, y el experto en descentralización y desarrollo municipal, Mario Rosales, quien, además, es autor del mencionado estudio.

En la oportunidad, Betancourt destacó el rol que juegan en las comunas de Chile las delegaciones municipales, organismos a los que calificó como “la primera célula de los territorios”. Agregó que, además, podrían jugar un rol mucho más significativo, dado que hoy “el país está demandando, cada vez con mayor fuerza, políticas públicas territoriales”.

Asimismo, abogó por una mayor masificación de estas organizaciones, las que “son necesarias como elementos de desconcentración, sobre todo en territorios extensos y heterogéneos como los existentes en nuestro país”.

Por su parte, el autor del estudio, Mario Rosales, indicó que el principal resultado del estudio fue saber con cuántas delegaciones municipales se cuenta en los municipios chilenos. “Son 105 y están ubicadas en 60 municipios y varios de éstos tienen varias delegaciones; otro dato interesante fue saber que todas son distintas”. Esto último, precisa, “podría llevarnos a decir ‘que malo’ pero es al revés; que bueno que sean distintas porque se adaptan a las características de su territorio, o sea funcionan todas de acuerdo a su realidad”.

Rosales puntualiza que también fue importante detectar que “las Delegaciones Municipales son una manera bastante efectiva de acercar los servicios municipales a la ciudadanía”. Indica que sus equipos “que pueden contar con una persona o con 40, tienen gran cercanía con la gente lo que hace que las Delegaciones puedan responder muy rápidamente a las demandas ciudadanas, pero al mismo tiempo, tener la capacidad de canalizar esas demandas”.

Relata, como ejemplo de lo anterior, el caso de un municipio en la región de Los Ríos donde la Delegación creo el “Mano a mano” como iniciativa para resolver el ripiado de ciertos caminos, “donde la comunidad coloca la mitad de los recursos y el municipio, la otra mitad”.

Precisa Rosales, “descubrimos que existe una herramienta bastante poco conocida -porque las Delegaciones Municipales no habían sido investigadas ni catastradas antes de este estudio- respecto de la cual muchos han valorado su importancia, siendo la tendencia incrementar su número”.

Indica que la parte negativa es la falta de recursos y su excesiva dependencia de la calidad del personal. “En general, se trata de personal muy bueno porque ningún municipio se puede dar el lujo de tener en contacto directo con la ciudadanía a gente que no tenga mucha vocación y sentido del servicio, de modo que, en ese sentido, funcionan bien. Pero les faltan recursos, tanto materiales como humanos”. Relata que, a menudo no tienen cuentan con movilización propia y funcionan en lugares que varían mucho en calidad. “Algunos son muy buenos, pero son los menos; en otros, se trata de lugares adosados a otra actividad municipal, como un consultorio, una escuela”.

Rosales concluye que las Delegaciones constituyen una herramienta que se empezó a valorizar en forma reciente, “aunque algunas daten de 40 años, pero en general son recientes, como la del Belloto, que nació el 2016” y que se han transformado en una instancia de participación muy importante. Ello porque, finaliza, “en la medida que se está cerca de la ciudadanía, se puede canalizar la participación de una manera creativa, que ayude a resolver problemas”.